Cuando lo más notorio entre las noticias son las avalanchas de personas refugiadas, que llegan a Europa cruzando el Mediterráneo, apenas consideramos el asunto en su conjunto. Convendría repasar, la evolución de la población, las causas que la provocan, la dirección de los flujos y la actitud ante todo ello. Tal vez convenga reflexionar ante tantos asuntos aunque sólo sea de pasada.

Como bien dicen las autoridades, de Andalucía-España, Italia y Grecia, la oleada de pateras que llegan a nuestras costas es un problema global de toda Europa. Pues el conjunto de sus países han tenido migraciones en las dos direcciones. Ya no sólo procedentes de África y Asia, de donde llegan predominan las actuales, sino también de América en un pasado más o menos reciente. Será adecuado reflexionar sobre los beneficios que también han tenido y tiene los movimientos de la población. Desde los intercambios culturales que han generado el enriquecimiento mutuo, hasta el ajuste de mano de obra desde donde hay paro a donde se necesita quien trabaje. Algo de eso ha pasado en España con el flujo de sudamericano, que en gran parte ha regresado a su origen cuando llegó la crisis y el desempleo.

Pero no sólo, la economía y las migraciones tienen que ver con los importantes cambios que se vienen sucendiendo en Europa y en todo el mundo. Tanto el desarrollo tecnológico y social o las migraciones, influyen la mayor o menor natalidad y la lengevidad de la población. Para nuestra consideración, sigo los datos y aportaciones del experto Philipp Descamps. De los 950 millones de habitantes de la Tierra en 1.800 europeos lo eran 201. En 1900 uno de cuatro terrícolas vivían en Europa. Aunque de 1950 a 2.000 ganó 180 millones, ahora sólo hay un europeo por cada diez. Aún así, hay cambios muy importantes comparando Europa con los demás continentes, tal vez más dentro de Europa. En 2.018, además de Asia-antes más poblada-lo son también África y América. Se explican estos cambios por el proceso del desarrollo que venía del s.XIX y la mundialización alcanzada en el XX.

Merecen consideración aparte los cambios demográficos ocurridos en el interior de Europa en el último siglo y pico. Una de las causas determinantes o más significativa fue la caída del muro de Berlín. Con tal acontecimiento se rompe el periodo de crecimiento parejo en Este y Oeste, gracias al crecimiento del saldo de natalidad y esperanza de vida. Con la desintegración del bloque del este, el conjunto de sus países, menos Rusia, sufren una gran sangría en su población. Mientras la zona Noroeste (nórdicos, islas británicas, Bélgica, Holanda y Francia) siguen creciendo, Alemania y los países del sur se estancan o pierden algo, compensado la menor natalidad con la inmigración. En los paises del Este se produce una desbandada, principalmente de gente joven e instruída que agudizará la crsis económica y de natalidad. Polonia, Eslovaquia,Ucrania, Bulgaria, Rumanía y la desmembrada Yugoslavia llegan a perder del 14% hasta una cuarta parte se su población de 1.987 . Toda esta emigración busca su supervivencia en el resto de Europa, especialmente en Alemania, Italia y España. Países en los que,como he apuntado antes, viene a compensar la menor natalidad.

Volviendo al drama de las personas refugiadas, procedentes en mayor medida de África y Asia, habrá que analizar el papel que juega Europa en el desconcierto actual. Como decíamos arriba, las regiones y países del sur miran a la Unión Europea, pidiendo que haga valer su dudosa unificación. Y es que este engendro, más mercantil que político, apenas muestra eficiencia en su interior y en la nueva configuración mundial. De África nos llega la marea del descontento que las sucesivas colonizaciones y neocolonizaciones depredadoras ha inoculado en la cultura original. Los naturales, impotentes para sobreponerse a ese rosario de robos y desengaños, emprenden la huida hacia el mundo que les ofrecía progeso. De Europa, de China o de ese poder transfronterizo le llega la eterna rapiña que acaban con las pocas ilusiones restantes. Otro tanto podemos decir de ese Oriente Medio, donde guerra tras guerra promovidas por USA , y parte de la UE, que, como sumisa alianza, aumentan el dramático éxodo. Esta Europa desorientada apenas pone parches como los campos de refugiados en Turquía o Libia. En lugar de afrontar el problema en su raíz, da pábulo a la desunión y neofacismos como el de la ya despoblada y desesperanzada Hungría de Orbán.